Nuestra sociedad plantea un gran número de
necesidades, por lo que es necesario contar con un modelo de organización económica
que permita su satisfacción.
Podemos definir la empresa come una unidad económica
que, a partir de la combinación organizada de diferentes factores materiales y
humanos, produce un bien o un servicio destinado a conseguir un beneficio económico.
La empresa es un sistema abierto en permanente interacción
con el entorno o marco socio económico del que recibe inputs y al que ofrece outputs,
una vez que los primeros han sido sometido a un proceso de transformación.
La empresa se puede considerar como un hecho
social tan antiguo cuanto la humanidad.
La organización centralizada de los recursos no
pudo estar ausente ni siquiera en la más primitivas sociedad de los paleolíticos.
Obras colosales como las pirámides egipcias de la IV dinastía o la muralla China del siglo III a.C.,
solo pudieron acometerse bajo alguna forma de dirección empresarial. Mas
adelante, actividades económicas complejas, como la banca, los seguros o la
sociedad de capital, ya se dieron en la Grecia clásica, y el derecho romano fue la base jurídica
más importante de las relaciones económicas en el mundo occidental hasta el
siglo XIX.
Con el declive de la economía urbana, la organización económica y social de la
Alta Edad Media giran entorno a la figura
del feudatario o de un patrón, el cual ocupaba el escalón más alto largo una
estructura jerárquica que favoreció la especialización laboral.
Cuando en la Edad Moderna empieza lo que
Cameron (1989;1990, p.21) llama la “segunda logística de Europa”, se inicia un
ciclo de expansión económica que llegara hasta mediado del siglo XVIII, donde
los cambios tecnológicos en el arte de navegar , la construcción de barcos, la
fabricación de armas de fuego y la metalurgia actuaron como ”innovación trascendental”
que puso en marcha un nuevo proceso. En este contexto, la rigidez de la organización
germinal empezó a hacerse asfixiante para los emprendedores que empezaron a
surgir como setas. Para superar esta situación asistimos al surgir de dos nuevas
forma de trabajo: el putting out system
y la gran manifactura.
El putting out system o
industria a domicilio es una forma de empresa en la que el empresario suministra
anticipadamente algún elemento material o instrumental sin llegar a centralizar
el trabajo, que se hace a domicilio y según una técnica propia. Inglaterra será
el estado que mas ventaja obtendrá de esta forma de empresa.
La gran manifactura representa el input para la revolución
industrial y una consecuencia a la solicitud siempre mas amplia de productos
por partes de los clientes, no posible de satisfacer con la producción típica
de una industria a domicilio. Efectivamente la gran manifactura respondía a las
necesidades de ampliamente de producción bajo control, a un ritmo siempre mas rápido
y a la introducción de maquinarias moderna, grande y costosa.
A mediado del siglo XVIII, cuando el panorama económico Europeo es
caracterizado por la presencia de gran industria manifacturiera, se empiezan a
poner las bases para unos de los acontecimiento mas impactante de la historia: la Revolución Industrial.
Esta representa el hito que marca el nacimiento de la empresa
moderna, impulsada por el desarrollo de nuevas tecnologías. Es en esta época
que nacen las economías de escala, la especialización y la división del trabajo y la producción de masas, hechos
que requieren un conjunto de maquinas que trabajan a la vez para conseguir una
cantidad considerable de productos finales.
Fue el ingeniero norteamericano
Taylor quien elaboro sus teorías sobre organización desde su experiencia
de trabajo en industrias americanas, difundiendo sus investigaciones durante la
segunda década del siglo XX. Su teoría se planteaba sobre una división orgánica
del trabajo que solicitaba la especialización de los obreros, la presencia de
unidad de dirección y de mando, que estuviesen encima de una estructura jerárquica
bien disciplinada y organizada. El puso las bases para una “organización científica
del trabajo”, con el objetivo de responder a las exigencias de los nuevos
grupos industriales americanos, primero la utilización mas racional de la gran
masa de fuerza laboral, sin ninguna califica.
El planteaba su estrategia sobre el “Management científico”, es
decir una rígida división entre trabajo intelectual y manual y en la parcelizacion
del trabajo manual, única forma, en su opinión, de eliminar cualquier residuos
y ineficiencias.
Todos estos conceptos encentraron aplicación practica en la
producción de masa, al cual desarrollo contribuyo de forma incisiva el
industrial Henry Ford.
Este industrial signo una época de producción, la que podemos
definir como “fordismo”. El fordismo es la producción en serie en el modelo de
cadena de montaje, a utilizar maquinaria con
fines especiales y principalmente, trabajadores no cualificados en una división
del trabajo en una fragmentación de tares cada vez mayor. Esta era se
caracteriza por la dominación de los mercados de masas y por bienes
estandardizados que se mantiene durante largo tiempo; el fordismo surge de la
eficiencia tecnológicas de la producción planificada, que se basa en la separación
entre concepción y ejecución, y de la eficiencia económica, la lógica de la
ventaja comparativa y del funcionamiento del mercado.
En los años 50 y 60 del XX siglo los mercados locales e
internacionales se caracterizaron por una demanda creciente en términos de
volúmenes y estable en términos de calidad y características de los productos.
En este contexto, la mayoría de los sectores industriales estuvieron dominados
por grande empresas monoproducto, integradas verticalmente y caracterizadas por
el típico modelo fordista de organización de la producción. Las empresas para
todos los años 50 y 60 optaron por un continuo crecimiento dimensional que
cubriera la demanda potencial, de modo de no dejar espacio a posibles
competidores. No obstante la adopción de esta estrategia, existían, en cada
sector, unos segmentos limitados de mercado que la grande empresas encontraban
conveniente dejar a empresa de pequeña y mediana dimensión productoras de
bienes diferenciados.
Hasta el inicio de los años 70 la tasa de crecimiento de la
demanda, en los varios sectores de la economía occidental, fue constante y
predecible, de modo que la empresa siguió con la misma estrategia.
En los primeros años 70 se determinaron en la economía occidental
una series de factores que llevaron la gran industria fordista a una profunda
crisis. La caída del régimen de cambios en vigor para todo el periodo de la
post guerra, el aumento incontrolado y constante del precio del crudo, el
incremento relativo y generalizado del coste del trabajo, las modificación en
las características de la demanda y la multiplicación de los factores
aleatorio, redefinieron las características de los mercados y del modelo
prevaleciente de competencia.
La competencia asumió aspectos fuertemente dinámicos que imponían
a las empresas la adopción de estrategias de gestión de una cartera de bienes
diferenciados, bien definidas y en continua renovación, con el vínculo de no
generar aumentos de costes unitarios. Todo eso se traduce en una clara
tendencia hacia las pequeñas empresas, a una descentralización productiva y a
la subcontratación.
Entre la mitad de los años 70 y la de los años 80 se asistió a la derrota
del modelo fordista y a la afirmación de la especialización flexible y al
nacimiento de los distritos industriales. El primer fenómeno hace referencia a
un modelo laboral basado en una elevada diferenciación de los productos, en una
fuerza de trabajo cualificada y polivalente, en plantas y maquinarias
escasamente especializadas y series productivas breves. Por otro lado los distritos
industrial son áreas reservada al desarrollo de pequeñas industrias, cerca la
una de la otra, que han una producción complementaria.
Luego la segunda mitad de los años 80 se afirma y toma plazo el fenómeno
de la globalización: la creciente integración e interdependencia de las economías
nacionales y al ampliamento de los horizontes a escala internacional de las grandes
empresas. Desde este momento las grandes empresas han optado por la reorganización
del ciclo productivo, externalizando algunas fases intensivas en mano de obra a
las pequeñas y mediana empresa, tratando de orientar al mismo tiempo las
tendencias de la demanda. Han ido invirtiendo hacia las adquisiciones de nuevas
tecnologías y hacia el sector de servicios y de distribución, obteniendo también
la capacidad de cubrir adecuadamente cada posible segmento de mercado y
satisfacer y orientar las exigencias de los consumidores.
Hoy en día las empresas, los empresarios y los directivos se encuentran
ante el más amplio reto de respuesta humana e institucional como consecuencia
de los procesos de cambio. Las rupturas de las economías, la plena integración
de europea con sus nuevas dimensiones, la
permanente evolución tecnológica y los cambios de valores implican rupturas
relevantes en los entornos empresariales, así como una fuerte incidencia en la dinámica
empresarial.
Desde el punto de vista estratégico, la distribución de los
valores entre las fuerzas competitivas ha cambiado, la afirmación del virtual market place ha acercado muchos
sectores a los “mercados perfectos”, con transacciones a nivel global y a
fortalecido algunas relación de partership
entre las empresas. Las impresas que antes dominaban en un sector, hoy tienen
que enfrentarse a nuevas empresas dueñas de nuevas estrategias de mercado.
La segmentación del marketing clásico entra en crisis, en cuanto
es siempre mas complicado identificar grupos homogéneos de clientes en una
sociedad en constante evolución y cambio; la empresas se enfrentan a un publico
siempre mas selectivo y calificado a la hora de elegir un producto. Por otra
parte los clientes se enfrentan a una multitud nunca existida de diferentes
productos, sin tener el tiempo para
reflexionar demasiado sobre sus elecciones y constantemente bajo la presión
adquirida por la marca.
Además los cambios están interesando la esfera social, sobre todo
los modelos socio – culturales guías de los consumidores y de los empresarios.
Actualmente la sociedad representa un importante stakeholder para las empresas,
que tienen que conformar sus productos y su forma de producir a sus exigencias
y normativas. (Por ejemplo las normas ambientales). La disponibilidad de nuevas tecnologías induce
cambios en los mercados que empujan a las empresas a organizarse de otra forma
y a ofrecer nuevos productos y a buscar nuevas tecnologías sobre las cuales
plantear la propia ventaja competitiva.
Hoy en día todos los sectores de mercado son afectado para la innovación
en cuanto luego a la globalización, han surgidos muchos competidores
desconocidos, propios de otros sectores con los cuales no estaban acostumbrado
a competir.
El concepto de innovación total y constante párese ser la clave
para una empresa ganadora en el futuro. Un mañana que se presenta siempre más
caracterizado por la incertidumbre y el cambio.
Dirigir empresa, así como cualquier otro tipo de instituciones, al
igual que dirigir hombres en situaciones de cambios mutativos, exige romper los
esquemas tradicionales sobre lo que es la empresa y la forma de configurar su
Management. Para que una empresa en el futuro pueda tener existo tiene que ser
reactiva y dúctil, tiene que conformarse a las exigencias y aun mejor dictar
las exigencias, elegir ella misma cual serán las necesidades y los pedidos de
sus futuros clientes. No tiene que ser liada a un sitio físico, sino que tiene
que plantear sus oficinas en el mundo virtual, on – line. Tiene que cuidar a
sus clientes como si fueran sus hijos, mirar a la lealtad de modo que no sea el
producto sino la marca que compran y quieren comprar.
Las empresa del futuro para tener éxito, en mi opinión, tiene que
romper con todos los esquemas tradicional y enfocar todos sus esfuerzo en la
innovación que tiene que ser constante y coherente con su entorno socio –
cultural, que cada día deviene siempre mas amplio y de múltiples facetas y
sombras.
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Safon Cano, Universidad di Valencia.
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Estrategias empresarial: como implementar la estrategia en laempresa, Cuno Pümpin,Santiago
García Echevarría.
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Fundamentos de laorganización de empresas: breve historia del Management,
Javier Fernández Aguado.
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